Muerte de un Viajante (1985).
Originalmente concebida como obra de teatro por el escritor Arthur Miller (a quien muchos recordarán como exesposo de la malograda Marilyn Monroe), fue trasladada a la pequeña y gran pantalla repetidas veces en diversos países tanto americanos como europeos (en España pudimos ver allá por 1972 en TVE a un joven Juan Diego como uno de los hijos de nuestro protagonista).
La obra de Miller fue estrenada en Broadway por el ‘cazador de brujas’ de Hollywood Elia Kazan y paseada por infinidad de teatros del mundo occidental (desde Roma a Londres o Barcelona pasando por Méjico o Francia).
“Lo importante no es lo que se diga, sino cómo se diga.”
Dustin Hoffman encarna en esta versión de más de dos horas de metraje a Willy Loman, un abnegado y persistente representante de comercio ‘venido a menos’ en la década de la Gran Depresión estadounidense que nos recuerda quizá a la reciente crisis financiera mundial que tanto daño nos ha hecho a todos. El alter ego de Hoffman es un hombre gris y de difícil carácter caído en desgracia por la falta de ventas, pero que apenas pierde la sonrisa ante las adversidades que se le vienen encima, haciendo frente a ellas como puede, pero sin perder su orgullo. Nuestro viajante procurará a duras penas mantener la estabilidad de su familia, formada ésta por su esposa (la actriz Kate Reid), y sus hijos interpretados por unos jóvenes Stephen Lang (el célebre villano de la taquillera "Avatar" del todopoderoso James Cameron) y John Malkovich premiado con un Emmy por su participación en esta película producida para la televisión estadounidense, y con quien contaría el realizador de la cinta que nos ocupa para volver a trabajar una década después en un drama europeo.
Dustin Hoffman fue también galardonado con un Emmy y con un Globo de Oro por la magnífica interpretación que nos brinda a sus 48 años, aunque caracterizado como un padre de familia tres lustros mayor. Cabe destacar su enfrentamiento interpretativo con Malkovich en el último tercio de metraje de la cinta, donde éste le habla claro poniéndole los puntos sobre las íes a cerca de la realidad que viven y la fantasía a la que nuestro viajante se aferra. A lo largo de la historia vemos al protagonista en diversas retrospecciones rememorando momentos del pasado que nos explican mejor su trayectoria vital.
"Muerte de un Viajante", como opus teatral que es originalmente, se trata de una obra de actores en la que no disfrutaremos de grandes localizaciones ni magníficas fotografías, banda sonora o efectos visuales, pero sí de estupendas interpretaciones como corresponden a los actores que en ella aparecen.
Raúl Cabral.
Puntuación personal: 7
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