"-¿Dios es malo?
-Dios es justo.”
Stephen Lang, como si del Rutger Hauer de “Furia Ciega” (1990) se tratara, vuelve a encarnar al peligroso exNavy Seal ciego que ya vimos en 2016, y esta vez se hace acompañar por su preadolescente hija interpretada por la joven Madelyn Grace, que casi eclipsa al resto del reparto con su excelente trabajo.
Lang, que aquí llena la pantalla con su mera presencia y sin apenas diálogo, lleva décadas demostrando lo que sabe hacer ante las cámaras en obras maestras como “Tombstone” o “Avatar”. En este drama también lleva a cabo labores de productor ejecutivo.
“Nunca en la vida des nada por hecho. Dios te lo arrebatará.”
Norman -el ciego- se tendrá que enfrentar a sus fantasmas del pasado, sufriendo (y haciendo sufrir) casi desde el primer minuto de los 98 que dura el largometraje. Acción, suspense, miedo y hasta algo de gore inundan este filme al que la crítica profesional lo trata especialmente mal, pero que no defraudará a todo amante del género de terror con giro de guión incluido.
La fotografía (también responsabilidad de un uruguayo) es buena: nos deja ver lo que el director quiere que veamos en la trama. Las estupendas coreografías, las localizaciones de Detroit y Serbia y una escena poscréditos que pocos verán completan una obra que para mí pasa como de lo mejor del año a pesar de su poco original título.
Raúl Cabral.
Puntuación personal: 7
