Flash (2023).
"Básicamente, soy el conserje de la Liga de la justicia.”
El director argentino de la magnífica “It” (2017) estrena la nueva cinta de DC Comics con no demasiado éxito a tenor de la respuesta obtenida por el público y la crítica especializada, a pesar de haber recaudado ya 127 millones de dólares en todo el mundo.
El largometraje, de casi dos horas y media de duración y 200 millones de presupuesto, no es más que un conjunto de escenas generadas por ordenador -con todo lo que ello conlleva- y un desfile de caras conocidas, ya sean los protagonistas y secundarios o los diversos cameos, incluyendo el de la escena poscréditos con Jason Momoa.
“¡Mierda! ¡Soy lento!"
El conflictivo Ezra Miller vuelve a ser el elegido para enfundarse el traje rojo del conocido superhéroe, mientras -como pasara con Capitán America en “Civil War”- le acompañan un numeroso grupo de personajes como el mismísimo Michael Keaton interpretando al recuperado Batman de Tim Burton, y los cameos de Ben Affleck (Batman), Michael Shannon (Zod, el villano kriptoniano enemigo de Superman), Christopher Reeve (el más entrañable Superman) y hasta Nicolas Cage (el fallido Superman que nunca vio la luz). En el papel de la madre de Flash vemos a nuestra compatriota Maribel Verdú, quien se marca alguna estrofa latina en la cocina del hogar del joven superhéroe.
Como he apuntado en otras ocasiones, se ve que el mundo de los multiversos sigue dando de sí, y así lo corrobora este filme fantástico que parece mezclar las historias del último Dr. Strange y de la más reciente entrega de Spiderman, solo que con los personajes de DC. En mi opinión, empieza a cansar tanto salto entre universos inventados.
Raúl Cabral.
Puntuación personal: 6
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