Los Asesinos de la Luna (2023).
"Es más fácil condenar a un hombre por dar una patada a un perro que por matar a un indio.”
El ya octogenario Martin Scorsese presenta, de la mano de Apple Studios, su último trabajo cuatro años después de su infumable “irlandes”...
De nuevo, el famoso director y productor italo-americano especializado en el subgénero de la mafia aborda el tema, aunque en un ambiente muy diferente; la Oklahoma de justo hace un siglo donde la tribu amerindia de los Osage se hicieron ricos al encontrar petróleo en sus tierras.
Corren los años 20 del pasado siglo y, como de costumbre, el hombre blanco procura aprovecharse en la medida de lo posible de los pieles rojas; cuando no es asesinándolos y robándoles, es casándose con ellos para conseguir parte de sus riquezas.
La cinta, de nada menos que tres horas y media (que parecen seis), cuenta en sus filas con el gran Robert De Niro haciendo un papelón como no podía ser de otra manera. Junto a él, otro actor fetiche del director de “Casino”, Leo DiCaprio, interpretando a un exsoldado lerdo y delincuente que busca enriquecerse a toda costa, dejando a un lado cualquier atisbo de moral.
Entre los secundarios con mayor o menor peso en la historia tenemos a Jesse Plemons, Brendan Fraser, John Lithgow e incluso al mismísimo Scorsese, que se reserva un brevísimo papel al final de la obra.
“No hagas algo por lo que vayas a arrepentirte el resto de tu vida.”
Aunque excelentemente bien ambientada, filmada y desde luego interpretada, el filme -con una duración más de miniserie que de largometraje- se hace eterno, y desarrolla la trama lentamente durante 200 minutos, donde podían haberse empleado 120.
Quizá los cineastas de esta generación (Allen, Eastwood, Coppola...) debían plantearse dejar paso a otros más jóvenes...
Raúl Cabral.
Puntuación personal: 6,5
No hay comentarios:
Publicar un comentario