I Wanna Dance With Somebody (2022).
"No sé cantar como una negra o como una blanca. ¡Yo sé cantar!"
La actriz Naomi Ackie ("Star Wars: El Ascenso de Sky Walker") se atreve a encarnar a la gran diva de la canción en la última biografía cinematográfica del año.
Dirigida por la prolífica cineasta, actriz y guionista Kasi Lemmons, la cinta nos cuenta durante dos largas horas y media la trayectoria musical de la malograda mesosoprano, así como sus relaciones personales con su abusivo padre y representante, con su primera novia, su inmersión en el mundo de los estupefacientes, la letal influencia del cantante Bobby Brown y especialmente, los estrechos vínculos que mantuvo con su agente, Clive Davis.
"Si dios te da un don, úsalo bien."
La película está repleta de maravillosos temas cantados por la propia e inimitable Whitney, aunque en algunos breves momentos es la misma Naomi Ackie quien tararea alguna estrofa. Como ella misma confiesa, "yo sé cantar, pero no soy cantante". Junto a la actriz vemos a un secundario habitual -Stanley Tucci- que interpreta al citado empresario musical y que representó a artistas y grupos de la talla de Chicago, Janis Joplin o Simon & Garfunkel, entre otros muchos.
En realidad, nos encontramos ante un biopic musical por debajo del nivel de calidad de otros recientes como "West Side Story" o "Elvis", pero cuya factura no deja indiferente: puesta en escena, vestuario, ambientación, interpretación, efectos visuales (que los tiene), y sobre todo música; tanto las tres docenas de canciones de la mayor vendedora de álbumes y singles de la Historia que se escuchan a lo largo de la cinta, como el mismo score del largometraje.
En definitiva, un film imprescindible para los amantes de la música de uno de los mayores iconos de la canción (con permiso de Aretha Franklin), y que nos hace reflexionar sobre el inmerecido éxito de los "artistas" de hoy en día.
Raúl Cabral.
Puntuación personal: 6,5
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