"La vida no es más que un juego.”
Casi una década después de ponerse tras las cámaras en “El Maestro del Agua” (2014), Russell Crowe dirige, coescribe y protagoniza esta coproducción rodada en Australia en clave de suspense.
Con desigual suerte en el resultado que la ópera prima del actor australiano, la película nos ofrece una trama que, aunque logra captar nuestra atención por unos minutos durante el nudo de la historia, flojea tanto al principio como al final, no logrando obtener el aprobado por parte del público y de la crítica especializada.
En el cast y junto al descuidado Crowe vemos al hermano de Chris Hemsworth envejecido para la ocasión. En un pequeño papel aparece su cuñada, la española Elsa Pataky, y como uno de los amigos de confianza del personaje adinerado que interpreta el que fuera en otro tiempo alter ego del célebre gladiador Máximo Meridio, el rapero RZA, quien se está prodigando en el mundo del celuloide últimamente.
"La amistad y el amor comienzan cuando se perdonan los defectos.”
El thriller, como ya apuntaba unas líneas más arriba, no descubre gran cosa a pesar de usar el trillado método del escape room metiendo a un grupo de amigos en una lujosa casa con un motivo más oscuro de lo que en un inicio aparenta ser.
Sin duda, Russell Crowe no supera con este registro el que protagonizara en 2020, “Salvaje”.
Lo mejor: su brevedad, hora y media de metraje.
Lo peor: su resolución en plan telefilme del mediodía.
Raúl Cabral.
Puntuación personal: 6
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