Insidious: La Puerta Roja (2023).
"Necesitamos recordar incluso las cosas que duelen.”
Blumhouse nos trae su último estreno materializado en la quinta entrega de la saga “Insidious”, ópera prima del estadounidense Patrick Wilson tras las cámaras dirigiéndose a sí mismo.
No es el primer actor -ni será el último- que se atreve a hacer las veces de realizador, como tampoco es el primero en errar en su debut. Wilson presenta un filme de terror eligiendo algunas de las herramientas clásicas del género, pero sin lograr el principal objetivo de este tipo de series B: entretener dando un poco de miedo.
Con una fotografía tan oscura que apenas deja ver nada, unas subidas de volumen de lo más previsibles y un guion mediocre, Wilson parece dar por concluida (¿o no?) la franquicia tras más de 500 millones de dólares de recaudación.
En el cast repite Rose Byrne en el papel de la esposa del atormentado protagonista, y en un par de cameos, la medium que ya vimos en otras partes anteriores. Junto a Patrick Wilson, toma un mayor protagonismo el personaje de su hijo interpretado por uno de los niños de “Jurasic World”, el joven Ty Simpkins.
“Cuanto más lejos se viaja, más arriesgado es el viaje.”
Una cinta de insípidos viajes astrales, aburridas visiones, oscuros recuerdos (casi negros) y terrores nocturnos ausentes de miedo que, en el mes de estreno de las últimas de "Indiana Jones” y “Misión Imposible”, de “Oppenheimer” y de “Barbie”, poco podrá hacer en taquilla. Más aún con la mala acogida entre público y crítica que ha tenido.
Raúl Cabral.
Puntuación personal: 5
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