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domingo, 24 de marzo de 2024

Pobres Criaturas (2023).

Pobres Criaturas (2023).

"Cada cual gobierna su barco.”
El tándem formado por el director y el guionista de películas como "La Favorita” estrenan en España el nuevo despropósito cinematográfico de la temporada.

Si metemos en una coctelera “El Hogar de Miss Peregrine para Niños Peculiares”“Tres Mil Años Esperándote”, “Delicatessen” (1991) y cualquiera de las obras de Tim Burton, la agitamos bien previo emponzoñamiento y lo servimos en una gran sala de cine, quizá nos salga este largometraje que "pobre criatura” el que vaya a verla...

Se trata de una tortura en forma de filme sin sentido alguno, tediosa a más no poder y larga... muy laaaarga. 141 minutos de imágenes que no hacen más que enfurecer al que, como yo, tenga la osadía de ponerse a verla. Pero, claro; para poder criticar hay que conocer.

“¡Ha vuelto la zorra!”
Emma Stone, ganadora del Oscar a la mejor actriz por su trabajo aquí, es la protagonista de la historia, en la cual interpreta a una bella joven egoísta, cruel, desequilibrada y promiscua (por ser prudentes) que logra los favores de quienes la rodean a pesar de mostrar sin tapujos su locura. Junto a ella destacan actores como Willem Dafoe y Mark Ruffalo, quien nos regala su interpretación más histriónica, pero que tras ver en el ambiente en el que se desenvuelve, es lo de menos.

No todo en la cinta rodeada en Budapest es negativo. Visualmente es imaginativa, aunque el uso y abuso de los superangulares y los ojos de pez cansan sobremanera cuando llevan un rato. La fotografía también es digna, y los trabajos interpretativos en general no son malos, pero el guión, la historia en sí, las patéticas peleas que se producen y sobre todo la banda sonora del debutante Jerskin Fendrix (lo escribo para intentar no olvidarlo si lo veo en los créditos de otra película) son terribles. De hecho, la música llega a molestar de manera sensible. Cuando uno lleva diez minutos de metraje piensa: “¿pero por qué hacen lo que hacen estos personajes? ¿Por qué se comportan así?”.

Desde luego, si sus creadores querían hacer un buen producto y de paso hacer un alegato en favor de los derechos de la mujer, me temo que para algunos no ha funcionado. Y digo algunos porque tengo que admitir que la mayoría de los críticos y del público piensa diferente, a excepción de Carlos Boyero (con quien por vez primera coincido). Su crítica sobre esta historia fantástica ambientada en un siglo XIX retrofuturista distópico dice así: “inútil pasote de Lanthimos (su director). Después de sufrirla le añadiría el subtítulo de “Pobres Espectadores” (...) A mí sus 150 minutos me suponen una tortura (...) La forma de contar esta historia supone un mareo visual.” Y yo suscribo cada palabra.

Raúl Cabral.
Puntuación personal: 4,5

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