Alien: Romulus (2024).
"Nada es del todo inmortal."
El uruguayo Fede Álvarez, director de "No Respires" (2016), presenta la nueva secuela de la famosa saga de terror y ciencia ficción, situada entre los hechos acaecidos en la primera parte -"Alien" (1979)- y la segunda -"Aliens" (1986).
Nos encontramos en la mitad del siglo XXII, y media docena de jóvenes colonos viajan a una nave abandonada ataviada con cámaras de criostasis para poder llegar a un planeta habitado donde proseguir con sus vidas. Es en esa nave, Romulus, donde se encontrarán con el Xenomorfo para desgracia de todos.
En el reparto no apreciamos caras especialmente conocidas, aunque la protagonista -Callee Spaeny- la hemos visto recientemente en el drama bélico "Civil War". Una sorpresa para los amantes del Alien original es la aparición del gran actor británico Ian Holm (fallecido el año de la pandemia) gracias a los estupendos CGI creados por la ILM estadounidense. El personaje de Holm vuelve a ser el de un androide que guiará según su conveniencia a los citados jóvenes.
Ridley Scott se limita aquí a la producción del proyecto junto al incombustible Walter Hill, y es el mismo Fede Álvarez quien, además de la dirección, coescribe el guión de la obra.
Por otro lado, el magnífico diseño de producción nos retrotrae a la ambientación que vivimos en la primera parte, donde la tecnología (monitores, ordenadores de abordo, etc.) gozaban de un aspecto retrofuturista por tratarse de una cinta rodada a finales de los 70.
Lo mejor de este largometraje: el clima creado gracias a una fotografia y una banda sonora estupendas. Lo peor: quizá dos horas de duración sean algo excesivas para contar esta historia.
Raúl Cabral.
Puntuación personal: 7
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