Richard Jewell (2019)
“Un poco de poder puede convertir a una persona en un monstruo.”
A punto de convertirse en nonagenario, el mítico Clint Eastwood estrena su trigésimo noveno trabajo como director. La historia que nos cuenta en esta ocasión vuelve a tratar -como en varias de sus últimas películas- sobre un héroe estadounidense y sus problemas sobrevenidos.
“Una de las primeras lecciones; si al que examina el objetivo (sospechoso) le cambia la cara, corred.”
El reparto es de reconocida solvencia, comenzando con la oscrizada Kathy Bates en el papel de la protectora madre del protagonista; Sam Rockwell, como el agresivo abogado; Olivia Wilde, que encarna a una amoral periodista que no duda en usar su feminista cuerpo para conseguir sus objetivos; el actor y modelo Jon Hamm interpreta a un agente poco profesional del FBI y el protagonista: un no muy conocido Paul Walter Hauser, a quien vimos en “Yo, Tonya” hace un par de años. Eastwood quería a un actor poco famoso, por eso prescindió en un inicio de Jonah Hill, quien se limitó a labores de producción, como Brad Pitt, que fue también sustituido por Rockwell.
“Todos quieren freírte. Eres un trozo de bacon.”
El largometraje narra el atentado acaecido en la olimpiada de Atlanta’96 y cómo fue inculpado el obeso y no muy inteligente vigilante de seguridad que da nombre a la obra de Eastwood, quien aunque disfrutaba matando, en principio disparaba a ciervos más que a otra cosa...
La edad va haciendo mella en el bueno de Clint, y aun estando bien facturada, no pasará por ser lo mejor del conservador director, a pesar de que la crítica opine lo contrario de estos 131 minutos de película.
Raúl Cabral.
Puntuación personal: 6
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