“Es usted una cometa a merced de un huracán, Sr. Bond”.
El director de American Beauty, Sam Mendes, nos trae la última secuela de la longeva saga del 007. Como no podía ser de otra manera, el personaje de Ian Fleming nos hace una vez más vibrar en el asiento con ayuda de los efectos especiales de la ILM norteamericana, de una excelente y recomendable banda sonora- incluyendo la hermosa canción de Sam Smith que ilustra los famosos créditos iniciales-, de las indispensables chicas Bond formadas por las bellas Monica Bellucci y Léa Seydoux, y por los ineludibles villanos: el siempre correcto Christoph Waltz y su principal esbirro, Dave Bautista.
“Una licencia para matar también lo es para no matar.”
Con un ritmo algo más pausado que otras veces y con un metraje bastante extenso, el filme retoma el estilo de las películas de espías de los 60-70 e intenta aclarar los lazos de unión de las últimas aventuras vividas por nuestro más "conocido agente secreto" y de los últimos villanos sufridos por él mismo.
Raúl Cabral.
Puntuación personal: 7
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