Aquaman (2018).
“Deja dos barcos en mar abierto, sin aire ni marea, y terminarán juntándose” (Julio Verne).
¡Espectacular! Jason Momoa vuelve a meterse en las “escamas” del superhéroe de DC Comics para protagonizar su primera cinta como personaje protagonista.
“Dudas de tu valía por pertenecer a dos mundos, pero ahí es dónde radica tu auténtico valor."
El largometraje de casi dos horas y veinte minutos de duración emplea todos y cada uno de los 200 millones de dólares de presupuesto con los que cuenta. Veamos:
Los efectos especiales, tanto visuales como sonoros (creo que será nominada a diversos premios con bastante probabilidad) son responsabilidad de ILM y hasta, en parte, de la Weta neozelandesa tan cercana a Peter Jackson; la fotografía, vestuario, diseño de producción e incluso las localizaciones son magníficas (ha sido rodada en Australia, Marruecos e Italia); y el reparto es de “altura”... empezando por el metro noventa y tres del protagonista, pasando por los también imponentes Patrick Wilson o Dolph Lundgren (quien este mes lo veremos por partida doble en la nueva de Rocky repitiendo el conocido papel de Ivan Drago) y terminando por la espigada Nicole Kidman... aunque la chica de la peli, la exesposa de Johnny Depp -Amber Heard- tampoco es bajita...
“A veces hay que hacer lo correcto, aunque el corazón te diga lo contrario."
También cabe destacar la recurrente crítica ecológica que me hace sentir personalmente cierta simpatía por el villano de la historia y por su plan de poner firmes a los habitantes de la superficie...
“Un rey solo lucha por su nación. Tú luchas por todos.”
Por último decir que, aparte de ser un espectáculo para los sentidos, esto de que la crítica la trate tan mal no hace más que animar a que vayamos a verla con más ganas... y a ser posible, en una buena sala; la ocasión lo merece (sobre todo por el sonido y la vistosidad de sus imágenes).
Raúl Cabral.
Puntuación personal: 7
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