Objetivo: Washington D.C. (2019).
“La guerra es el arte del engaño."
Nueva vuelta de tuerca al peligro inminente de perder al presidente estadounidense (no caerá la breva en la vida real...) con esta tercera entrega de la saga.
"Si no te entrenas como si fuera real, acabarás muerto cuando lo sea."
Una vez más será el escocés Gerard Butler el encargado de poner todo en orden, incluida la seguridad nacional, como no podía ser de otra manera. A nuestro corpulento protagonista le acompañan actores de primera línea como es el mismísimo Morgan Freeman que de vicepresidente pasa, en esta ocasión, a ser el líder de la “principal democracia” del mundo libre... el presidente Trum...bull -que no Trump.
Por otro lado, en el extenso reparto, tenemos a la bella Piper Perabo (dos décadas después de arrasar en la barra del “Bar Coyote”) como la abnegada esposa del agente del Servicio Secreto; a la Sra. de Will Smith (como una agente insobornable del FBI); a un envejecido aunque estupendo Nick Nolte (lejos quedaron los días del modelo que llegó a ser), y al poco agraciado pero intachable en sus interpretaciones Tim Blake Nelson (los abonados a Netflix lo habrán visto recientemente en el papel del elegante y certero vaquero de “La Balada de Buster Scruggs”).
"Somos leones... y eso no cambiará nunca."
Danny Huston (hijo del conocido realizador y a quien recordarán muchos encarnando al temible jefe vampiro de “30 Días de Oscuridad”), es el ‘amigo’ de nuestro héroe; el cual podría recordarnos a la relación de William Holden y Robert Ryan en "Grupo Salvaje”, aunque justo al revés...
"Son los momentos de dificultad los que nos definen..."
Sintetizando: dos horas de acción a raudales, tiroteos brutales (rodada gran parte en Bulgaria) y cierto giro de la historia respecto a las anteriores partes (si hacemos alguna concesión, la veremos más a gusto...). Los aficionados a las armas automáticas y de precisión están de enhorabuena con esta cinta. Atentos al ataque de drones de la primera parte del largometraje.
Aunque la acción está bien filmada, el director (no sé si de fotografía o de la película en sí) vuelve a caer en esa nueva moda de rodar ciertas escenas en total oscuridad, con lo que poco veremos en dichos planos.
Raúl Cabral.
Puntuación personal: 6,5
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