La Leyenda de Tarzán (2016).
El director de varias de las interminables partes de "Harry Potter" nos trae la enésima versión de nuestro héroe, el rey de los monos, en la que vemos a un Tarzán más occidentalizado y educado en nuestras costumbres, aunque sin perder su esencia. El imponente físico del intérprete, director y guionista Alexander, hijo del veterano actor sueco Stellan Skarsgard, encarna al susodicho personaje en cuestión, cuyos orígenes se limitan a unos flash-backs sobre su niñez y juventud.
Con unos magníficos y costeados efectos especiales donde, como diría los animalistas, no es necesaria la participación de animales reales (recordemos la última revisión de "El Libro de la Selva") y con un reparto de lujo en cuanto a los secundarios; comenzando con el todoterreno Samuel L. Jackson, el musculoso Djimon Hounsou o actores de la talla de John Hurt, Christoph Waltz (en el papel del villano de la historia en plan "Malditos Bastardos"), Ben Chaplin (en el papel más corto de su carrera) o Jim Broadbent, y llegando a nuestra nueva Jane, la bellísima Margot Robbie (como si de una prima hermana de Charlize Theron se tratara... ¡está preciosa!).
Al excelente reparto citado, y a la factura en general de la cinta habría que añadir su estupenda fotografía, ya no solo por mostrarnos ese hermoso rincón de Africa ("Congo"), sino por todos los planos que nos hace disfrutar su responsable (el premiado Henry Braham).
No debemos dejar atrás la parte crítica de esta versión de Tarzán. Tanto desde el punto de vista humano (esclavitud; colonización desmedida por parte de Europa, en este caso Bélgica; los intereses económicos de los gobiernos...) como desde el punto de vista animal (nos muestra la cara más amable de los inocentes animales de esa parte del globo, aunque también la más salvaje).
Sin duda, la película de aventuras del verano. No os la perdáis.
Raúl Cabral.
Puntuación personal: 7
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